¿Cómo hacer el control de los esfínteres? ¿En qué momento deberemos sacar el pañal a los niños? ¿Hasta qué edad se hacen pipi en la cama? ¿Qué es enuresis y encopresis?
La respuesta está en aprender a respetar la maduración neurobiológica de los niños y los ritmos individuales de cada uno. Antes de los 3 años de edad es difícil que tengan desarrollado estas conexiones neuronales, así que cualquier tipo de intento de que hagan pipi en el wáter, vas ser una exigencia antes del tiempo.
pulsa aquí si tienes dificultades para escuchar con tu móvil
Por su supuesto que el niño es capaz de sobre adaptarse, para agradar a mama y papa, y puede conseguir ese control del esfínteres, pero será desde un esfuerzo y con un gran coste para él. El niño que está sobre exigido para controlar sus pipis, tendrá de estar pendiente de agradar a mama, hacerlo bien para recibir el premio y no el castigo, con lo cual tiene que estar en alerta constante. No es una tarea que le salga automática aún, porque su desarrollo neurológico aún no está preparado. Ese estado de alerta no le deja muy disponible para el juego libre, que es lo que le debe de ocupar. Con lo cual muchos dejan dedicar tanta energía y atención al juego. Y con esto, les secuestramos cualquier posibilidad de entrar en contacto con sus ritmos e identificar sus propias necesidades.
Además, muchas veces las mamás nos complicamos la vida, por miedo a la crítica. A qué dirán si mi hijo no controla aún? Y una simple ida a la biblioteca o al súper se vuelve una aventura porque sin pañales los niños se lo hacen encima, con todo lo que representa. Las noches son agotadoras, porque hay que cambiar dos veces la cama…. A veces porque me da vergüenza como mama de escuchar: “¿aun lleva pañal?”; “¿aun moja la cama por las noches?”. Y de nuevo nuestra atención puesta en lo que piensan de mi. La sociedad no nos ayuda, porque las guarderías no permiten la entrada de niños con pañal, los familiares nos lo critican y hasta los vecinos.
Hay que resaltar que el control de esfínteres de día es muy diferente al de la noche, son ritmos diferentes para el niño. A veces pueden pasar 3 años entre uno y otro.
Pero no solemos pararnos a pensar y cuestionar nuestras actuaciones como padres y a escuchar los ritmos de nuestros hijos. Rápidamente pensamos que nos mangonean.
¿Qué pasa si les permitimos dejar el pañal por las noches? Hacernos estas preguntas sirve para que podamos preguntarnos si podemos hacer algo distinto para ayudar a nuestros hijos? ¿Por qué nos cuesta tanto respetar la velocidad y ritmo de nuestros hijos?
En las consultas de psicología hay muchos casos de enuresis, casos de niños que hacen pipi en la cama de los 6 a los 10 años. En muchos casos se solucionaban las situaciones, pero sin que los profesionales sepan el porqué de la enuresis.
¿Qué puede pasar si no dejamos que la naturaleza actúe y forzamos un control temprano?
Hay que mirar amplio, o sea que no estamos solo hablando del control de los esfínteres, estamos hablando de la relación que el niño tiene con su cuerpo. Aquí empieza la represión sexual y amorosa, porque la sexualidad está basada en la relación que tenemos con nuestros cuerpos. Cuando mi hijo tiene las ganas y el goce de hacer pipi y caca y yo como madre le digo donde, cómo y cuándo le estoy coartando, no le permito sentir sus propios ritmos y necesidades. Cortamos el placer continuamente, ya sea por el control de los esfínteres, ya sea en la lactancia o cuando quitamos anticipadamente el chupete. Sistemáticamente imponemos nuestros propios ritmos y comodidades sobre nuestros hijos y sus deseos más legítimos.
Una de las primeras cosas que el niño puede decidir y elegir es cuándo hacer caca y pipi. Les quitamos la posibilidad de poder decir que “No” o elegir algo diferente de lo que quieren los demás. A lo largo de los años su deseo como niño queda dañado.
Para poder darnos cuenta de los ritmos de nuestros hijos, tenemos de tener tiempo, dar tiempo y relajarnos. Lo que solemos decir en la Biografía Humana, bajarnos de la “autopista de alta velocidad”. Todos vamos por ahí y perdemos nuestra conexión con nosotros mismos.