En este Podcast vamos a abordar las fiestas en familia. Es curioso que solemos discursar que las fiestas son para los niños, pero en realidad a veces parecen más fiestas de adultos para adultos, donde después incluimos a los niños y van un poco de remolque sin entender muy bien todo lo que está pasando, no solamente a nivel de comidas, regalos y rituales, pero de todo lo emocional que pasa entre los familiares.
pulsa aquí si tienes dificultades para escuchar con tu móvil
Suelen ser momentos de mucha alegría y calidez, pero también de mucho estrés y conflicto. En el grupo de crianza consciente de Sofia, es uno de los temas que genera preocupaciones entre las familias: la cantidad y la cualidad de los regalos, la tendencia al consumo exagerado que tenemos, la comidas no aptas para niños, la distribución de los días festivos por familias de ambas partes, en fin toda la logística, que es más racional; pero que luego se inunda con los más profundo de cada uno, con el mundo emocional y la relación y el rol que tenemos en nuestras familias. Por este motivo a veces en esta época nos enfermamos antes o después, aparecen todo el tipo de dolores y malestares.
Cada una del equipo de BH Barcelona cuenta un poco de como le fueron las fiestas navideñas.
En lo que cuentan se refleja los automáticos de nuestros personajes y las nuevas aprendizajes desde el ser esencial. El encuentro con las familias nos devuelve a nuestro escenario de infancia y el trabajo de la BH nos permite subir al Drone, para ver más ampliado. Cuando subimos al Drone, podemos tener una distancia emocional suficiente que nos permite ver las dinámicas familiares y los roles de cada uno y eso nos hace frenar nuestros automáticos y poder responder desde otro lugar. Todo es una practica y un entrenamiento, de subir y bajar del Drone, de la perspectiva más ampliada que nos da la BH y esto nos permite entrenar la tolerancia y la aceptación del otro. También nos ocurre con las amistades, entender desde donde está cada uno y respetarlo y no esperar que el otro cambie o esté en otro nivel de consciencia.
Hablamos de como los niños más pequeños les cuesta transitar por todos estos ambientes festivos, casas de uno y de otro, regalos por aquí y regalos por allá y que muchas veces no va acompañado de palabras. De como a veces elegimos complacer a los adultos y a la familia en detrimento de los cuidados a nuestros hijos, de protegerlos cuando los exponemos a los besos, caricias, ritmos y ruidos ajenos.
A veces, en las fiestas, sentimos la obligación de tener que ver a la familia, de tener que estar en reuniones familiares que no apetecen, de complacer a los demás sin tenernos en cuenta, ni a nuestros hijos. ¿Deberíamos o no hacerlo? Depende de que lugar de consciencia lo hagamos. Con el trabajo de BH vamos aprendiendo a no dar o prometer cosas que no podemos sostener, a respetarnos, a no esperar nada del otro y a ofrecer sin recibir. Luego observamos que cuando salimos de nuestro lugar habitual, se dan movimientos familiares correspondientes. Pero que a veces también hay que tener la valentía de saber protegernos y decir que no y no aceptar esos encuentros familiares muy tóxicos y dañinos. Hasta que aprendamos a estar en otro formato con nuestras familias.
El problema es que pasamos todo el año sin comunicarnos verdaderamente con nuestra familia, luego llega a navidades y queremos que ese día sea bonito, como que mágicamente las navidades todo lo arregla. Y eso nunca va ocurrir, porque si pasamos todo el año con poca autenticidad y honestidad en nuestras relaciones, un año lleno de vivencias de desamor y decepción, ese día no será diferente.
Cuesta mucho aprender a estar en nuestra familia desde otro lugar más maduro, cuesta mucho trabajo de terapia, mucha consciencia y obviamente ganas de hacerlo. Entonces navidades son fechas de prueba? Preferimos mirarlas como oportunidades de ver la familia desde otra perspectiva y nosotros de hacer algo distinto a lo que solíamos hacer.