Hoy vamos a recordar todo lo que hemos ido hablando durante este tiempo en Radio Barberà, en nuestra sección sobre la Biografía Humana.
Empezamos recordando que es la Biografía Humana “La BH” es un método que nos permite ver nuestra vida desde la primera infancia hasta el día de hoy. Los patrones que vamos repitiendo y nuestro escenario infantil. Todos tenemos la idea de que hemos tenido infancias muy felices, luego vemos que no fueron tan felices pero fueron más reales. ¿Qué hemos hecho con nuestras infancias? , ¿Qué hemos hecho con ese dolor, ¿qué mecanismos hemos adoptado para sobrevivir? ¿Qué disfraz nos hemos puesto?. Cuando el disfraz empieza a darnos alergia es cuando buscamos ayuda para ver qué pasa con nuestra vida. La BH amplia mirada, hace un zoom para afuera, como desde un avión para ver nuestras vidas desde otra perspectiva. Eso nos ayuda a tomar conciencia de lo que generamos en los demás y de todo el dolor que hemos vivido.
pulsa aqui si tienes dificuldades para escuchar con tu móvil
Con la BH desmontamos el discurso materno. Todos estamos muy enredados en lo que nos dijo nuestra mamá cuando éramos pequeños. Lo hemos comprado y lo vamos repitiendo como un loro. Luego el trabajo consiste en ir desmontando eso para ir dando voz al niño que fuimos cuando éramos pequeños. Ponemos palabras a lo que realmente sucedió y que no fue nombrado. Con la BH hacemos más de detectives que de terapeutas, no nos creemos gran cosa de lo que dice el consultante, no porque no lo escuchemos, sino porque sabemos que está pasado por la vivencia de mamá, forma parte del poder del discurso materno.
La parte bonita del trabajo es ir averiguando la realidad de nuestra vida cuando éramos pequeños. Conseguir ver qué había, cuál fue el escenario real, sin culpabilizar a nadie. Cada madre venimos de dónde venimos, normalmente de escenarios mucho peores que los de los hijos, pero el trabajo de la BH es ver el escenario y ver con qué personaje hemos sobrevivido cuando éramos niños.
Esas son las grandes diferencias que tiene la BH con referencia a otras metodologías. Vamos a buscar la realidad emocional del niño que fuimos, a poner palabras, y luego vamos a desmontar el discurso de mamá. Nosotras hablamos de “niñocentrismo”: ir a buscar las vivencias reales de esa criatura que fuimos.
Es cambiar esas palabras con las que hablábamos de nosotras mismas “yo era muy buena”, “yo era terrible”, “nunca fui muy buena en los estudios” cosas que dijimos teñidas del discurso de otra persona que lo veía de esa manera, y ese “cartelito” nos limitó.
El trabajo es ir a buscar qué hay detrás de todo eso. Sacar a la superficie el ser esencial, la verdad de esa persona, que lo tenemos todos, todos tenemos la posibilidad de encontrarlo y nunca es tarde para reparar. Ese es el gran trabajo de quien quiera indagar con la BH.
Ahora que se está empezando a hablar de tantos tipos de inteligencia, a un niño o niña que no haya sido bueno en matemáticas o en física o en ciencias naturales ya le ponen el cartelito en casa de que : “este niño es tonto, no se entera de nada” y realmente crecemos pensando que somos tontos y en cambio hay muchos tipos de inteligencia. Imaginemos un montón de animales, un elefante, un mono, una rana, un ciervo y el profesor les dice “ustedes todos van a subir al árbol cogen una manzana y bajan” .Algunos no tienen esa habilidad, como tiene el mono, pero sí tienen otras, a las que no se da valor.
En esta sociedad se pretende medir a todos con la misma vara y hay muchas inteligencias diferentes. Uno no puede llegar al árbol pero puede hacer otras muchas cosas que no tienen que ver con eso. Si solo se les está examinando desde ahí van a fracasar. Esa es la parcialidad con la que nombramos a nuestros hijos. Estamos entre el bien y el mal, lo que es bueno o malo, les ponemos una serie de cartelitos y les quitamos la oportunidad de ser muchísimas cosas.
El problema de estas palabras que transportamos sobre nuestras vidas, es que nos acompañan a la hora de emparejarnos, a la hora de ser madres o padres, nos condicionan. Cada uno con su personaje o disfraz llega y se empareja con otro que le trae el olorcito de lo que ha vivido de niño, luego vienen los disgustos. Desencuentros entre “yo quiero” “el otro quiere” porque en el fondo somos tremendamente infantiles y estamos todavía esperando el amor materno.
Lo que me gusta del otro cuando me enamoro, luego es lo que me molesta y cuando vienen los niños nos encontramos que los acuerdos de pareja que igual eran “salir mucho, deporte, vida externa,” viene un niño y nadie sabe qué hacer con esa cosa extraña que apareció por ahí.
Jordi bromea y dice “cuando un niño es pequeño te lo comerías a besos y cuando es grande te arrepientes de no haberlo hecho”. No debería ser así. Es más bien al contrario “cómetelo a besos de pequeño para que cuando sea grande no lo quieras matar”. Abrázalo, quiérelo, sostenlo…
Cuando viene el primer hijo es como un extraterrestre no sabes qué hacer. Ahí se plantean las dinámicas familiares, lo que llamamos los “mapas” en los que no tenemos ninguna brújula, vamos como podemos y hacemos lo que podemos. Sería interesante ser lo suficientemente maduros como pareja y estar emparejados desde lo que le puedo aportar al otro , el cariño incondicional, el afecto y el amor.
Esa imagen tan bonita del barco arriba en el mar y el papa sosteniendo a la mama a que pueda bajar con un arnés a fusionar emocionalmente con el niño, ella puede estar ahí porque sabe que arriba hay una persona que la está amparando.
Y como no tenemos ni idea de cómo hacer eso porque durante generaciones nadie nos lo ha enseñado tenemos muchos problemas. Es bueno hacer prácticas, nos cuesta conectar con nuestro corazón, pero aunque no tengamos ni idea nos podemos proponer hacerlo aunque sea desde la mente durante media hora o cinco minutos. Prácticas de querer al otro incondicionalmente. Dice Jordi querer a alguien incondicionalmente durante 5 minutos nos parece una barbaridad, como estamos de mal ¿no? Nosotras nos damos cuenta con nuestros consultantes de Bh que nos preguntan “pero ahora como hago?” cada día se presentan 100 escenas para que podamos hacer algo en favor del otro sin estar calculando en qué nos va a beneficiar a nosotros. Y sucede. Y cuando empezamos a hacerlo es mágico, dar al otro sin esperar nada a cambio. Los primeros son los hijos que son los que más cuesta, pero con la sorpresa que luego este cariño revierte.
Jordi dice “sois conscientes de que esto es una lucha contracorriente en el día de hoy” la sociedad va al revés es egoísta, va a conseguir objetivos sin mirar por el que está al lado.
Así nos va, creamos guerreros, no creamos personas que cooperan, personas que aman, personas conectadas con su ser, pero también utilizamos la sociedad de hoy como excusa para no hacer este ejercicio de 5 minutos “no hago porque tengo que ir a trabajar” “porque el niño entra en la guardería” “luego tengo que comprar” la velocidad, la distancia emocional que tenemos dentro de nosotros mismos, nos sirve de excusa para no entrenar esto, para decir “yo no puedo quedarme con mi hijo”. La vida en si nos da estas excusas para huir y seguir en el tren de alta velocidad y no bajarnos aunque sean 5 minutos para escuchar al otro y pensar que estoy haciendo.
A veces puede ser tan simple como estar al lado de nuestros hijos en silencio viendo cómo juegan. Tan sencillo como eso. No necesitan tantas palabras.
Jordi dice “el poder del silencio, estamos rodeados de gritos, follón, ruidos “ a veces nos estresamos porque queremos hacer demasiadas cosas con nuestros hijos. Solo el hecho de permanecer ya vale. Porque ahí entra nuestro personaje jugamos con el niño y lo llenamos de juegos, puzles, pintamos hacemos 7 actividades acabamos agotados y decimos “no lo puedo sostener cada día” no se trata de eso. Es mucho más fácil. Tenemos un cuarto de jugar, eso no tiene ningún sentido, el niño quiere ver a alguien por ahí, sale fuera nos busca en la cocina, en el baño, quiere mirada. El cuarto es para que no nos moleste.
Somos seres sociales vivimos en manada, ellos necesitan estar a su rollo pero sabiendo que hay presencia. En un cumpleaños no dejamos al niño, nos esperamos. El niño siente la presencia de la madre, busca a mama. Necesita respaldo. Se trata de estar. Ofrecer tu disponibilidad si es necesaria. Y el niño igual no pide pero sabe que estamos. En este sentido el orden en casa es inversamente proporcional a los niños. Queremos tener la casa bonita, no se trata de que ocupen el espacio, se trata de tolerar, que sepan que es su casa. Si no lo hacemos ahora, cuando sean adolescentes no van a sentir que esa es su casa. Vamos a querer que permanezcan más en la casa y no lo hemos forjado de niños. No hemos hecho que ese espacio sea suyo.
Desmontamos la historia de amor de las películas. El final feliz. Tendríamos que ver qué sucede a continuación. Ahí estarían los mapas. Después de nacer el primer hijo. Empezamos con los problemas de pareja. Ya estaban antes, pero se vuelven más evidentes. El bebé desestructura la rutina, lo que está mal encajado en la pareja sale. El cansancio, la falta de sueño, el estar en el Yin, hay sobrecarga, hay una falsa no atención al padre, todo eso hace que haya desborde. En ese momento se vuelven evidentes los acuerdos de las parejas inconscientes. En el puerperio no existe la depresión post parto. Lo que hay es que entramos en espacio de silencio, de mocos, de sudor, de poca operatividad, de estar con el bebe en un mundo que no es de organización ni de la vida cotidiana, conecta con las cosas que no tuvimos cuando éramos niñas y eso es molesto. No podemos sostener al bebé, ni darle calor, ni alimento, ni movimiento, nos duele porque no lo tuvimos. Y hacemos aguas.
Entonces entra nuestro personaje y decide irse volando a trabajar porque “este niño me está matando” y el bebé hace “glugluglu”. Son estas parejas que dicen con lo que me ha costado tener mi lugar en el mundo y mandar, ahora no voy a someterme a lo que pide el bebé, porque siempre estamos en el pulso “sometedor/sometido”. Porque nos podríamos vincular de maneras más amorosas pero en esta sociedad donde todos somos patriarcales no sólo hombres sino también mujeres. Desde ahí decidimos que ya hemos estado mucho tiempo sometidos y no queremos volver a estarlo, y es un malentendido.
Otro mapa es el de la mama fusionada con el bebé, y el papa se queda afuera. Abandonado, y quien me mira ahora? Ellos lo que sienten es que se quedan huérfanos y ya no hay cine ni cenita… Esto se pierde por un tiempo y lo vivimos como un desastre. Por eso es interesante hacer indagación personal para que eso no se convierta en un desastre y de eso pueda salir algo nuevo. Ya que el bebé da amor incondicional y nosotros le tendríamos que dar lo mismo, aunque casi nadie puede.
Otro mapa es el del papa y el bebe en el agua, papa artista y la mama haciendo de papá, sosteniendo económicamente la familia y quejándose del papa que está todo el día tocando la guitarra, simpático, un rey, todas las mamá lo envidian, pero nosotras lo queremos matar.. En ningún mapa estamos felices.
También tratamos el mapa de mamás solas, solteras, nosotras siempre hablamos de que no es suficiente con la familia nuclear sino que necesitamos más redes externas. Una mamá sola tiene ventajas y es que se siente licitada a pedir ayuda. Así como una madre con pareja no lo siente, una mamá sola sí. Busca más redes y la gente entiende que necesite más ayuda. La familia nuclear es un desastre. No hay redes, no hay apoyo, es egoísta, caldo de cultivo de guerreros. Siempre proponemos organizar una red de apoyo de gente nutritiva, respetuosa con la mama puérpera. A veces la mamá y la suegra no son adecuadas. Tampoco los que opinan de todo. No inmiscuirse, amparar, preguntar ¿qué te puedo ofrecer?
En los mapas hablamos de pareja hombre/mujer, pero da igual que sea mujer/mujer hombre/hombre los roles son iguales, pasa lo mismo. En el fondo está la persona maternante. Una en el Yin otra en el Yang.
Hay gente que piensa que esto de estar tan atento al bebe, solo lo puede hacer la gente rica, y no es verdad. Lo que tenemos que nombrar es que no podemos permanecer en esa situación. Es bueno sentir que es posible. Una mamá puede estar 15 horas al día en casa con los niños y ser un horror. En cambio una mamá puede trabajar toda la jornada laboral y puede estar las 2 horas con el bebe conectadísima, él lo sabe y luego puede estar sin ella con la seguridad de que cuando llegue estará totalmente fusionada.
La clave es poner conciencia de lo que generamos y de dónde venimos.