En los escenarios de guerra, la guerra suele ser entre papá y mamá o entre la familia materna o la paterna, o entre las abuelas… Hay diferentes tipos de guerra, la de trincheras, depende de quién está en cada trinchera que puede ser la familia paterna contra la materna, mamá contra papá, mamá con los hijos contra papá o mamá en guerra contra todo el mundo porque papá ni siquiera está en el escenario.
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Las guerras tienen batallas continuas, en las que ahora gano una ahora pierdo otra y entremedias estoy entretenida toda la vida. Como en toda batalla no sólo están los heridos de guerra, sino los daños colaterales, que son lo peor.
Porque cuando uno está en guerra y está disparando, o está haciendo estrategias no ve nada más En estos casos los que pierden son los hijos, además de los amigos, las parejas, etc. Normalmente no nos damos cuenta cuando estamos en ese escenario guerreando ya que la energía está puesta en buscar el conflicto sea donde sea y no vemos nada más.
Y no nos damos cuenta de si la pareja, los amigos o los hijos han resultado heridos. En ese escenario los hijos buscamos sobrevivir y para eso o nos escondemos debajo de la mesa o cogemos el fusil y salimos al lado de mama, de papá o de la abuela o bien y aprendemos las estrategias de la guerra. Va a depender de cada uno. Puede salir un personaje más activo. En la misma energía activa que está creando la guerra o bien uno más pasivo que es el que se esconde, alguien que no busca la confrontación.
Un escenario de guerra nos va a marcar, como cada escenario de biografía humana, no es mejor ni peor que otros, porque un escenario de desierto es si cabe peor para un niño. En ese caso mamá no está, papá no está, no me ocurren cosas, nadie me dice nada, es bastante más aterrador para un niño. Laura Gutman siempre dice cuando mi madre me violenta por lo menos está pendiente de mí, me está tocando, hablamos siempre en términos de peor a mucho peor.
En los escenarios de guerra hay una guerra organizada de trincheras y luego de todos contra todos, hay dos opciones los escenarios de trinchera son mas organizados sabemos contra quién es la guerra ,contra papá a quien queremos aniquilar, contra la familia paterna, contra la suegra, contra mi propia madre, porque los adultos cuando estamos en una guerra de adultos aunque pasara un elefante por nuestro lado no lo veríamos, muchísimo menos si hay niños avisando de que “me hecho pipí” o que en la escuela me han llamado gordo. Somos incapaces de mirar a los lados, estamos obsesionados en nuestra lucha contra el otro. Es nuestra dinámica donde ponemos nuestra energía y no vemos más allá, encima en la guerra de todos contra todos cualquier cosa vale. El tema es el conflicto por el conflicto, a veces es mi vecina de enfrente, otra mi suegra, mi marido…la cuestión es guerrear contra todos.
Es un escenario bastante habitual en la sociedad actual, nos lo podemos imaginar en cualquier circunstancia. Se ve mucho en los casos de divorcio, los hay más tranquilos y otros realmente más agresivos. Hay gente que lleva 25 años en guerra con el ex por custodias, por dinero… Hemos tenido en consulta casos así y amistades que se han separado cuando el niño tiene 3 años y ahora tiene 30 y los padres siguen en la misma historia. No es solo la batalla cuando están casados sino después. Y los niños que están ahí en medio, nadie en ningún momento les va a poner esta mirada para saber qué es lo que le pasa al niño, como le puedo acompañar en esto, en el proceso de separación y ahí el niño sirve de rehén, es una bala más , otra granada de mano. Hay un tira y afloja y nadie está mirando al niño. ´Nadie piensa cuál sería el mejor formato de separación para mis hijos, se busca el formato que fastidie más al otro.
Incluso sin venir de escenarios de guerra, como estamos en una sociedad belicosa, solemos hablar en términos bélicos. El patriarcado funciona así, sometedor, sometido, a malas vamos a lo que conocemos que es la guerra.
Lo que tenemos que mirar son los niños que están en ese escenario sin recibir ningún tipo de mirada. Cómo se van a arreglar, qué van a hacer en ese escenario en el que han caído y no han elegido. Qué hacen para sobrevivir.
Los escenarios de guerra están presentes desde antes de nacer. Nacemos en ellos. Si lo que conozco es la guerra, la normalizo, a veces los consultantes lo relatan diciendo lo recuerdo a los 11 años, pero ha estado siempre desde que nacimos. Es la forma que uno tiene de vincularse y se juntan dos personas que tienen el mismo formato de vincularse.
Como un niño va a sobrevivir emocionalmente en ese escenario. Será más activo o más pasivo. Más activo va adquiriendo mecanismos de guerra, no huirá, atacará, será un gladiador, una boxeadora un luchador, alguien que hace lo mismo que ve en casa. En el libro de La Biografía Humana de Laura Gutman hay muchísimos personajes que salen de la guerra. Estos tres son fáciles de imaginar. Estos buscan conflicto en todas las relaciones de su vida. Ponen más el cuerpo, ponen más pelea física, no son tan estrategas, se pelean con quien sea vecino, pescadera, denuncian…
El lado positivo es la fuerza la energía, no todos lo tenemos, es su capacidad de acción, de ir con esa potencia, esa energía, que encarada a favor de uno y de los demás es muy valiosa.
Hay personas que se levantan y dice “hoy tengo ganas de pelea” y buscan la manera de pelearse con alguien. Estos personajes tienen la tristeza y el miedo en sombra y si hoy me levanto porque he soñado con algo que me entristece de mi infancia y eso ha activado el resorte del miedo, como lo que tengo en la luz es guerrear, lo convierto en furia. Detrás de eso siempre hay miedo y tristeza que es con lo que no conectan.
Esto se ve en situaciones de inseguridad y miedo porque cuando te pasan cosas en la vida es cuando más salimos a guerrear. Si no te preguntas porque pasa eso, porque tengo ganas de matar a alguien, nunca verás que tu miedo está en la sombra. Los personajes pasivos dicen a los activos “qué valiente eres” y no es una cuestión de valentía, valientes somos todos, uno siente su miedo y actúa y otro lo siente y se paraliza pero el miedo está en ambos.
Luego hay también los estrategas que son los inteligentes, están fuera mirando al campo de batalla. Tanto en las guerras antiguas como en las modernas, el jefe del ejército está detrás mirando cómo se está organizando la batalla y como se están reventando los sesos unos contra otros. Nunca sale herido. Puede ser alguien muy inteligente, no pone su cuerpo, pero la organiza, es activo pero no tanto como los luchadores.
Y luego los personajes que prefieren no salir a pelear. Tienen más contacto con su miedo y no están en contacto con su fuerza ya lo dice el dicho” Soldado cobarde sirve para otra guerra”. Estos se invisibilizan “quiero pasar por encima de esto sin que me toque la bala”, son los que entran en una habitación llena de gente y apenas se notan. A lo mejor de niño me he escondido debajo de la mesa, o dentro del armario mientras en el comedor había una guerra terrible.
Y en todos estos casos lo interesante es trabajar y sentir el miedo, transitarlo y avanzar.