En este episodio de Podcast sobre Biografía Humana vamos a abordar el tema de hermanos, celos, hermandad, polarización entre hermanos y roles en la familia.
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¿La diferencia de edades entre hermanos es un factor influyente en como se relacionan los hermanos? Por supuesto que cuando haya una mayor diferencia de edades, tendencialmente los mayores cuidan a los pequeños, los varones ayudan a papa y las mujeres a mama en las tareas de casa. Pero en la atribución de los roles ni siempre influye la edad.
¿Y los hermanos son más afines si son más cercanos de edades? La cercanía de edades no garantiza la cercanía emocional. Mama instaura la distancia emocional entre los hermanos. El vinculo está mediatizado por mama, entonces conocemos a nuestros hermanos a través de las palabras de mama – “mi hermano el trasto” o “mi hermana la buenita”, “él estudioso”. Entonces entiendo que mi hermano es diferente de mi, es alguien que me está quitando las “migajas de amor”, la poca mirada que tengo de mama aun la tengo de compartir con mis hermanos. Entonces no somos iguales, ni pares, somos nombrados completamente distintos, hay un mundo entre mi y mi hermano y siento que tengo de competir con él la escasez que tengo de amor.
Si nosotras, como mamas, hubiéramos instaurado el amor, la hermandad entre los hermanos, daría igual la diferencia de edades y no habría competencia entre hermanos.
Es importante nombrar lo que pasa cuando nace un hermano, explicarlo con antelación al otro hijo.
La polarización entre hermanos también lo instala mama, en la medida que mama distribuye los roles a cada hijo. Estos roles suelen ser opuestos. Cuando solo hay dos hermanos, se ve más claramente la polarización. Uno es el inteligente, el otro es el tonto; uno el guapo y el otro el feo; uno el bueno y el otro el rebelde, etc. Muchas veces mama nombra estos roles para dividir la hermandad – “dividir para reinar”.
Un mal amor entre los hermanos viene de la primera infancia, de los 0 a los 7 años, se origina en esta polarización que instaló mama. Luego queda la sensación de que nuestros hermanos han recibido más mirada de mama o tuvieron más privilegios que nosotros, pero en realidad ambos sienten esto. Ambos sienten que el otro recibe más o ha sufrido más. Cuando somos capaces de ponernos en el lugar de nuestros hermanos y entender los lugares donde están y cual es nuestro rol, aquí empieza la hermandad.
A todo llamamos celos, bajo este nombre metemos todos los pedidos y demandas desplazadas de nuestros hijos. A los hijos únicos se les llaman “mimados”.
Los roles que ponemos a nuestros hijos, muchas veces, los atribuimos aun en el vientre materno. O sea que cuando nacemos ya llegamos etiquetados.
Los hijos únicos no están polarizados por supuesto. Hay ventajas y desventajas, no hay con quien compartir las migajas de amor, pero tampoco hay con quien jugar, ni reír, no se compite, pero estamos solos en seguir el mandato de mama y complacer.